Chetumal, Quintana Roo.-Restauranteros de Quintana Roo hicieron un llamado urgente al gobernador Carlos Joaquín, pues advierten que de no impulsar al sector en esta pandemia, se agudizará el cierre de negocios que llegaría a 122 mil clausuras en México al concluir 2020.
Y es que el gobierno de Quintana Roo trabaja para disminuir la propagación del Covid 19 y por ello los empresarios de la restauración temen que se ordene el cierre de los negocios o se pidan nuevas restricciones difíciles de solventar.
Por eso, el presidente estatal de la Canirac, Juan Hernández Cabrera y los líderes de Chetumal, Beyra Aguirre Villegas y Cancún, Marcy Bezaeel Pacheco, firmaron una carta dirigida al gobernador Carlos Joaquín.
En el documento señalan que se han preparado para brindarles a sus clientes seguridad y
tranquilidad con su protocolo Mesa Segura con lineamientos nacionales e internacionales, además de invertir en sanitización y todas las medidas necesarias para prevenir el coronavirus, no obstante, “el impacto negativo ocasionado por la crisis sanitaria cada día se ha ido profundizando. Esta es una llamada de auxilio. Necesitamos de su apoyo para mantener nuestra actividad y, sobre todo, salvar del desempleo a miles de trabajadores de nuestra industria que actualmente viven en la zozobra por la posibilidad de que se cierren sus fuentes de empleo, afectando gravemente su futuro y el de sus familias”, señalan.
“Calculamos que 90 mil restaurantes han cerrado en todo el país desde que inició la pandemia, y, si las condiciones siguen como hasta ahora, podríamos llegar a 122 mil restaurantes cerrados para el fin de año”, pronostican.
Advierten que los trabajadores, proveedores locales y dueños de los restaurantes están desesperados, porque se han reducido ventas de entre un 60 y un 80% lo que ha obligado al cierre de varios lugares.
“Un cierre o nuevas restricciones serían catastróficos para el sector: la situación ya no es la
misma que en marzo o abril. Los restaurantes tuvieron que utilizar sus ahorros para hacer frente a sus gastos y compromisos adquiridos; las negociaciones particulares que se hicieron con proveedores o arrendatarios ya llegaron a su fin, y hay presión por ponerse al corriente y hay lugares en que ni siquiera se llega al aforo permitido” argumentan.
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Por tanto buscan que se permita a la industria seguir operando. “De nuestra parte, seguiremos aplicando y reforzando aún más las medidas, establecidas en el protocolo Mesa Segura”, dice la carta.