Quintana Roo es uno de los diez estados con mayor porcentaje de víctimas de algún delito. Esto, de acuerdo a la Décimo Sexta Encuesta Nacional de Percepción de Inseguridad realizada por la asociación civil México Unido contra la Delincuencia y la empresa Consulta Mitofsky.
Caso Borge despierta indignación
El estudio presentado apenas en diciembre pasado también aborda el caso del ex gobernador Roberto Borge Angulo que mantiene a la población con un sentimiento de indignación y que espera justicia.
Así, el ranking de los estados con mayor nivel de victimización se encuentra liderado por el Estado de México y la Ciudad de México. Seguidos de Jalisco, Guerrero, Baja California, Aguascalientes, Sonora, Quintana Roo y Morelos.
Es decir, Quintana Roo ya supera a una entidad tradicionalmente violenta y de las que tienen mayor índice de secuestros como lo es Morelos.
El estudio revela varios datos sobre la percepción ciudadana en materia de seguridad, destacando que tres de cada cuatro personas (74.6%) consideran que la inseguridad está peor que en el 2015.
Además del deterioro en la percepción de seguridad, en el último año también persiste la idea de que la situación puede empeorar pues siete de cada diez personas considera que la seguridad seguirá igual de mal o empeorará.
Otro dato que aporta el artículo es que la mitad de la población percibe mayor frecuencia de policía vigilando su localidad. Sin embargo, 4 de cada 10 considera que es peligroso ayudarlos.
Asimismo, la mitad de la población considera que la impunidad actualmente es mayor a la que había hace 5 años.
El caso de Roberto Borge y otros ex gobernadores
Entre las conclusiones de la asociación civil, exige se impulse el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y que no se escatimen esfuerzos y dedicación de todos los involucrados pues “el futuro y viabilidad del país están en juego y no podemos permitir los escándalos como los que han involucrado al propio Presidente en temas como la Casa Blanca e Ixtapan de la Sal, y gobernadores de muy distintos estados como Tabasco, Sonora, Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz, por citar solamente algunos”.
“Y no es para menos, los números que hoy se conocen de lo que se hizo en estos lugares, destacando en particular a Quintana Roo y Veracruz, generan una ola de indignación y enojo que no dejarán satisfecha a la sociedad sino hasta que se procese y ponga tras las rejas a quienes decidieron servirse con una pala y desafiar hasta la imaginación sobre qué tan lejos se puede llevar la corrupción y el abuso personal en un estado en un lapso de 6 años. La realidad es que “no tienen madre” y no podemos pensar que por el simple hecho de que ya no estén en el poder debemos olvidar sus fechorías. Y en esa persecución y procesamiento debe haber estricta aplicación de la ley y no politizar o partidizar la aplicación de la justicia”, remarcan.
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