Charles Moore, fundador del Centro Algalita para la Investigación y la Educación con base en Long Beach, California, alertó que la contaminación plástica no sólo afecta los océanos, también otras partes de la Tierra e incluso el espacio.
En el inicio del II Foro por el Océano, en la temática “Contaminación marina por plásticos”, el investigador señaló que esos desechos no sólo contaminan el planeta, sino que también hay 100 mil millones de toneladas de desperdicios en órbita, lo que “demuestra el alcance del problema”.
Moore descubrió el “Gran Parche de Basura del Pacífico” en 1977, una acumulación masiva de residuos plásticos flotantes en ese océano, fenómeno que, impulsado por las corrientes marinas, es una de las crisis ambientales contemporáneas más significativas.
En el encuentro de divulgación científica de alto perfil convocado por Delphinus, el también conocido como Capitán Moore hizo hincapié en cómo los microplásticos están afectando a especies como los peces linterna, fundamentales en la cadena alimentaria oceánica, a los que se les han hallado fragmentos de plástico en sus estómagos.
Esos residuos generan más dificultades para que los peces naden, lo que obliga a que gasten más energía y que podría tener un impacto negativo en la biodiversidad marina.
Las tortugas también son víctimas de la ingestión de microplásticos, y muchas mueren al ingerir pequeños fragmentos que obstruyen sus sistemas digestivos. Además, aves como el albatros ingieren grandes cantidades de residuos plásticos creyendo que es su alimento natural.
Moore expresó su preocupación por la posible influencia de los micro y nanoplásticos en la salud humana: al ingerir peces contaminados, los seres humanos también podrían estar consumiendo toxinas que afectan el sistema endocrino, alterando hormonas y generando problemas de salud como asma, diabetes y enfermedades cardiacas.
“Químicos presentes en los plásticos como los ftalatos, nonifenoles y el bisfenol A, se han asociado con la feminización de especies animales y efectos estrogénicos que podrían tener repercusiones en la salud humana”, advirtió el científico estadunidense.
Moore subrayó la necesidad de un cambio urgente en la economía moderna, que actualmente carece de un plan eficaz para lidiar con los desechos plásticos, y subrayó que es fundamental implementar políticas que promuevan materiales biodegradables y fomenten un estilo de vida orientado hacia el cero desperdicio.
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“Es urgente frenar la infición dúctil; el mundo está alcanzando un punto de no retorno en términos de contaminación ambiental, y sólo con la reducción significativa en la producción de plásticos y un cambio en los patrones de consumo se podrán evitar daños irreversibles a los ecosistemas y la salud humana.”, concluyó Moore.
