El Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, decidió no presentar ninguna denuncia tras su desaparición.
En un comunicado expuso que así como Jesucristo perdonó a las personas que lo traicionaron, vendieron, juzgaron, torturaron, y asesinaron, él perdonaba, de corazón, a quienes le habían hecho daño por los hechos de los que había sido víctima.
Rangel Mendoza pidió a los medios de comunicación lo comprendan y respeten su decisión encaminada al bien de su seguridad e integridad física y moral.
“Después de haber hecho oración, meditando profundamente y de haber consultado con mis seres queridos, tanto del clero como laicos, y en razón de que lamentablemente, mi vida, edad y salud están en condiciones desfavorables, siguiendo los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación”, relató el comunicado.
Agradeció a las autoridades, tanto legales como eclesiásticas, que colaboraron en el caso, especialmente a Luis Gasca, su abogado.
“Agradezco a todas las personas que se han solidarizado conmigo. Mi especial gratitud a todos aquellos que hicieron oración por mi vida y mi pronta recuperación”, concluyó.
Te puede interesar: Iglesia pide “evitar conjeturas y especulaciones” sobre el caso del obispo Salvador Rangel
Episcopado mexicano excusó a Salvador Rangel
Apenas el pasado martes, Ramón Castro, secretario general del Episcopado Mexicano, declaró, ante medios de comunicación, que el obispo de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel, no había podido dar su declaración ante autoridades porque se encontraba bajo efecto de “tremendas drogas” que le habían dado.
Castro señaló que Rangel Mendoza aún no puede hablar bien por la misma razón. “Yo he hablado por teléfono con él, no puede articular bien las palabras”.
Recordó que la Fiscalía del Estado de Morelos declaró que se había tratado de un secuestro exprés. Ante la pregunta de si confiaba en el dictamen de la Fiscalía, el obispo dijo que “nosotros de alguna manera tenemos que confiar, precisamente en las instituciones, en lo que deben hacer”.