En una sesión cargada de tensión y caos, el Senado de México aprobó la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta reforma, que incluye la elección popular de todos los jueces y magistrados, incluso los de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fue aprobada tanto en lo general como en lo particular.
La votación, realizada en la Antigua Casona de Xicoténcatl tras un intenso debate y un breve receso, resultó en 86 votos a favor, 41 en contra y ninguna abstención. Entre los senadores que apoyaron la reforma se encontraban los perredistas José Herrera y Araceli Saucedo, así como el panista Miguel Ángel Yunes Márquez. La ausencia del legislador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda, también fue notable.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue el voto a favor de Yunes Márquez, que fue recibido con vítores por parte de Morena y sus aliados. La reforma, que busca transformar profundamente el sistema judicial del país, superó el umbral necesario para su implementación con una mayoría calificada.
Tras la aprobación, la iniciativa será enviada a los congresos locales para su discusión y votación, requiriendo el aval de al menos 17 congresos estatales.
La sesión estuvo marcada por la violencia fuera del recinto, donde cientos de manifestantes se enfrentaron con la policía al intentar ingresar a la antigua sede del Senado en Ciudad de México. Entre los manifestantes se encontraban funcionarios judiciales en huelga y estudiantes universitarios, quienes se movilizaron bajo la lluvia gritando consignas como “¡El poder judicial no va a caer!” y “¡Ni un paso atrás!”.
La propuesta presidencial, que busca convertir a México en el primer país en elegir a todos sus jueces y magistrados por voto directo, ha generado una fuerte oposición. Durante el debate, los manifestantes lograron irrumpir en el hemiciclo del Senado, creando momentos de gran tensión. Algunos miembros de la oposición denunciaron que la reforma vulnera la independencia judicial y elimina la posibilidad de ascender por méritos.
La invasión al Senado ocurrió después de que los manifestantes bloquearan la Cámara de Diputados la semana pasada, obligando a los legisladores a aprobar la reforma en un polideportivo. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, suspendió la sesión y acusó a los opositores de orquestar una “operación hormiga” para infiltrar a los manifestantes en un “intento de golpe” contra el Legislativo.
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La sesión se reanudó horas después en la Antigua Casona de Xicoténcatl, donde el Senado sesionó hasta 2011. Los manifestantes, al grito de “¡No están solos!” y entonando el himno nacional, mostraron su apoyo a los senadores opositores. Fernández Noroña alegó que la invasión se debió a que la oposición temía perder la votación, ya que al oficialismo le faltaba un voto para alcanzar la mayoría calificada.
Con información de Infobae