Un trágico hecho se suscitó en Lobatera, municipio de Venezuela, luego de que unos jóvenes pertenecientes a la congregación de la iglesia Metodista El Maestro, que se encontraban de excursión el pasado 23 de septiembre, fueron sorprendidos por la creciente de una quebrada llamada La Molina.

Todo comenzó cuando los feligreses participaron en una actividad religiosa llamada Segundo Campamento de la Federación de Jóvenes Metodistas de Venezuela del Ciemve (Concilio de Iglesias Evangélicas Metodistas de Venezuela) que se desarrollaría del 22 al 25 en una posada de la aldea donde se realizaba el evento.

Salieron a dar un paseo en la zona, pero en medio de dicho recorrido, el caudal de la quebrada La Molina se incrementó estrepitosamente debido a las fuertes lluvias que cayeron y los jóvenes quedaron atrapados.

Algunos de ellos buscaron encontrar un camino para poder regresar sanos y no cruzar aguas turbulentas, pero terminaron alejándose.

Protección Civil de Táchira recibió la noticia sobre la desaparición por lo que iniciaron la búsqueda de estos ayudados por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana.

Los elementos del equipo de rescate fueron hallando a la mayoría de los desaparecidos de manera gradual, quienes presentaban síntomas de hipotermia.

Al otro día, las autoridades informaron que 10 de los desaparecidos no habían sido hallados y el resto estaba recibía do atención médica.

El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, en compañía de la alcaldesa de Lobatera Natalia Chacón, confirmó horas después que habían sido localizados algunos cadáveres.

Las víctimas de la tragedia

La noche del domingo ya era sumamente trágica, pues se habían hallado ocho cuerpos de las 10 que fueron arrastradas por la quebrada.

Sus nombres eran: Elian David Navas, de 25 años de edad y Leonela Carrillo de Navas, de 21 años, los cuales eran esposos. Leydi Suárez de 19 años de edad y Eliany Pineda de 15 años. Los hermanos Karina Franchesca Grizales Nieto, de 12 años, y Frayer Grizales Nieto, de 17 años; y Valentina Ruiz, de 15 años de edad y Víctor Ramírez, de 27 años, ambos de Puerto Ordaz.

Se encuentran aún desaparecidos Anny Monsalve, de 21 años; y John Jáuregui, de 23 años.

Felipe Cruz, tío de Leidy Suárez, una de las víctimas, aseguró que los jóvenes eran felices practicando su religión.

“Los muchachos que estaban ahí servían a Dios, eran niños preparados, algunos profesionales y otros estaban estudiando en la universidad” relató a AFP

También lee: Maestro estrangula a alumno por salpicarlo con agua