El presidente Donald Trump ha sugerido que si bien compartiría su conocimiento científico, priorizaría la producción de dosis para la población estadounidense desde el primer momento.
Queda claro que Estados Unidos busca incesablemente la cura, al igual que muchos países, sin embargo, Donald Trump dejó claro que de encontrarla, daría prioridad a su país, antes de compartir su hallazgo con el mundo.
La farmacéutica Moderna Inc. anunció este lunes que su vacuna experimental contra la COVID-19 mostró resultados prometedores en sus estudios iniciales y espera pasar en julio a la siguiente fase de la investigación con ensayos clínicos.
La vacuna, llamada mRNA-1273, además, resultó ser segura en general y fue bien tolerada en los estudios preliminares, dijo la farmacéutica. Los niveles de los anticuerpos presentados en los voluntarios fueron similares a los de las muestras de sangre de personas que se recuperaron de la COVID-19, mostraron los primeros resultados del estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud.
Los participantes recibieron tres dosis diferentes de la vacuna, y Moderna dijo que vio un aumento dependiente de la dosis en la inmunogenicidad, la capacidad de provocar una respuesta inmune en el cuerpo.
Moderna Inc. lidera los esfuerzos globales en el desarrollo de una vacuna para el nuevo coronavirus, y la semana pasada ganó la etiqueta de “vía rápida” de la agencia de salud de los Estados Unidos para acelerar la revisión regulatoria.
La administración Trump se ha fijado el objetivo de producir 300 millones de dosis a enero, lo suficiente para vacunar a toda su población.
Y aunque ya se anunció que el gobierno de Estados Unidos ha firmado un contrato con el grupo farmacéutico Sanofi, con sede en París, para garantizar que tenga prioridad en la producción de futuras de vacunas. Se sabe que tal prioridad sólo se otorgaría para las dosis de vacunas producidas en las fábricas que el grupo tiene en Estados Unidos.
Por su parte, el jefe de los Institutos Nacionales de Salud, Francis Collins dijo durante una entrevista con AFP que si Estados Unidos es el primero en desarrollar una vacuna eficaz contra el nuevo coronavirus, tiene que compartirla rápidamente con el mundo.

Collins, un médico y genetista que ha sido director de los NIH desde 2009, bajo el mando de Barack Obama y Trump, admite que el enfoque de Washington podría verse como “Estados Unidos Primero“.
Pero el experto de 70 años asegura en que la comunidad científica está cooperando a nivel internacional. “Todos creemos que (…) todos deberían tener la oportunidad de tener acceso a algo que pueda salvarles la vida en momentos de una pandemia como esta”, dijo. “Y haremos todo lo posible para trabajar con otras agencias y otros países para intentar que eso suceda”.
Asimismo Collins dijo que está “absolutamente” de acuerdo con los líderes de Francia y China en que una vacuna debería ser lo que ellos llamaron un “bien público global“, y expresó particular preocupación por los países de África y América Latina.
“Ciertamente, si tuviéramos una vacuna que funcione, me gustaría asegurarme lo más rápido posible que esté disponible allí (África) y en América del Sur. Mire a Brasil en este momento”, dijo Collins.
“Tenemos una gran responsabilidad. Como la nación más rica del mundo, no solo tenemos que cuidarnos a nosotros. Ese sería un resultado terrible”, dijo el especialista de salud.


