Los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, se encontraban en protesta, la cuál estaba programada en la puerta de acceso del Palacio de Gobierno de Guerrero, sin embargo, la presencia de otro grupo de manifestantes propició que se modificara la sede de la manifestación.
Por lo que, los estudiantes decidieron trasladarse a las instalaciones de la 35 Zona Militar, ubicadas sobre la lateral sur-norte del bulevar Vicente Guerrero. Al llegar, la avanzada realizó un primer lanzamiento de piedras que no pasó a mayores.
Después se desarrolló un mitin, en el que los padres de los 43 normalistas desaparecidos reprocharon la intervención de los militares en Iguala en favor de los sicarios y policías que atacaron a los normalistas durante la noche del 26 de septiembre.
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Melitón Ortega, vocero del colectivo “Nos Faltan 43”, dijo que ya es necesario que se proceda penalmente contra los militares que participaron en los hechos del 26 de septiembre, pues está demostrado que varios de los jóvenes fueron llevados a las instalaciones del 27 batallón de infantería.
Pero fue en la retirada cuando los estudiantes iniciaron con lanzar petardos, piedras e impactaron un camión distribuidor de refresco contra el cuartel General de la 35 Zona Militar, en Chilpancingo.
La acción de mayor impacto se generó cuando los normalistas proyectaron un pequeño camión utilizado para distribuir refresco, con el que se consiguió abrir las puertas del cuartel militar.
Aún con las puertas abiertas, los normalistas no intentaron ingresar a las instalaciones militares. En su lugar, trataron de incendiar la unidad, pero no tuvieron éxito.
Cuando los normalistas se retiraron, personal de la policía militar se alistaba para evitar que se adentraran en las instalaciones, aunque su actuación no fue necesaria.
Con información de: Milenio