¡Está que echa chispas! Luz María Beristain Navarrete anda muy enojada porque en la planilla para ayuntamiento de su hermana Laura el capitán Elio Lara Morales, su actual pareja sentimental no quedó como síndico, tal como había planeado –y supuestamente acordado con la candidata a presidenta municipal por Juntos Haremos Historia–, sino que Laura lo puso de simple regidor, algo que seguramente la senadora no imaginaba como digno para el príncipe consorte pero mucho menos útil para su voracidad política y económica.
Algo que no puede suceder en una familia como la Beristain Navarrete son pleitos internos, luchas intestinas, porque tanto ellos como la gente han comprobado que cada uno, por sí solo, no tiene la capacidad para logros mayores y solo en triunvirato podrá ir avanzando. Pero una vez más ya están del chongo y diputándose el poder entre hermanos.
La clave del clan era la unidad para irse apropiando paulatinamente del pujante municipio de Solidaridad y el motivo para intentar dicha campaña es que, junto a Benito Juárez son los únicos dos de los 11 que tienen una recaudación más que significativa merced a las contribuciones de los grandes hoteles y empresas del turismo sobre todo por concepto de impuesto predial. Dijimos “era” no por error: las relaciones entre los consanguíneos cada vez andan peor y la miel sobre hojuelas ya no es.
Una mina de oro es la demarcación que encabeza Playa del Carmen, y tanto Luz María como Laura y Juan Carlos han jugado a los relevos para ir copando espacios a lo largo de los últimos años. Cargos dentro y fuera del Ayuntamiento solidarense, presencia en los partidos, alianzas venales con políticos ambiciosos y bajo sospecha de ser corruptos, pero la unidad es algo indispensable para que esta célula pueda operar.
Ya le anda a Luz María por llegar a Playa del Carmen para poner en su lugar a Laura. De síndico Laura puso a Rubén Valverde, su fotógrafo personal, quien en la mayor parte de su tiempo hace fotografía de bodas.
Laura quiere ser la abeja reina, lo que la “Güera” está percibiendo con meridiana claridad y no está dispuesta a ceder su jefatura. Valverde es un Don Nadie, una pieza fácilmente manipulable, pues en seguida aceptó estar en la planilla a cambio de una ridícula compensación económica, una limosna para el tamaño de Solidaridad, pero que él acepará de mil amores, pues ni siquiera sabe cuánto gana un síndico y mucho menos la tarea que implica ser el representante legal del municipio, y, ¡ojo!: el que firma los contratos, concesiones y todas las grandes operaciones que comprometen el patrimonio del municipio. que implica.
No es solo importante el síndico, sino fundamental, sobre todo a la hora de emprender los más grandes negocios, pero si en tanto ambas hermanas coinciden en que hay que tener un títere en el cargo, ahora ambas dicen “sí: pero que sea mí títere”.
