Es otra historia del tiroteo de Texas. Se trata de una valiente niña que hizo de todo para salvarse. Esta pequeñita se tuvo que hacer la muerta y además se untó la sangre de una de sus amiguitas asesinadas para engañar al autor del atentado.
Son escenas terribles y traumáticas que ningún niño debería vivir, pero fue lo que les pasó a estos pequeños en Uvalde, Texas luego que Salvador Ramos atacara una escuela primaria, lo que dejó un saldo de 21 personas muertas, 19 niños de entre 7 y 10 añós, y dos maestras.
Es la historia de Miah Cerrillo, de 11 años, y quien fue la única sobreviviente del tiroteo de Texas. Todo gracias a que se untó la sangre de su amiga Amerier, con lo quye simuló estar muerta. De este modo Salvador Ramos ya no le disparó de nueva cuenta.
Según lo que reportan medios internacionales, Amerie, la amiga de quien Miah se untó la sangre logró llamar a los servicios de emergencia pues así le habían enseñado sus padres. Tristemente no pudo salvarse ella misma.
De acuerdo con una tía de Miah Cerrillo, la niña se untó la sangre y además tenía fragmentos de bala en la espalda, pero por fortuna ha sido dada de alta.
La historia de la joven y el tiroteo de Texas
La pequeña es estudiante de cuarto grado de primaria en Uvalde, Texas y fue testigo de cómo Salvador Ramos de 18 años disparó contra sus amigos y compañeros de clase y contra dos profesoras.
Una vez que había terminado el tiroteo de Texas, las autoridades y sus familiares encontraron a Miah Cerrillo bañada en sangre y con restos de balas, y salpicada con fragmentos de huesos. Estaba interte y con los ojos abiertos de par en par por el shock de lo que había vivido.
Afirman que cuando vio a su padre entró en pánico. Posteriormente la subieron a un autobús amarillo para ser trasladada a un hospital. Fue ahí cuando al limpiarle la sangre notaron que no tenía heridas de bala.
Miah ha contado que cuando Salvador Ramos ingresó a su salón les dijo “Van a morir”, antes de iniciar el tiroteo. Fue ahí cuando su amiga Amerie sacó su celular y marcó al 911. Sin embargo, en lugar de quitárselo o romperlo, Salvador simplemente le disparó a la niña y la asesinó, quien acabó salpicando con su sangre a Miah.
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Fueron cerca de 45 minutos los que estuvo Miah en ese sitio. Presenció cómo mataron a todos y cada uno de sus amigos y compañeros, pero logró sobrevivir.
Ahora esta valiente pequeña no puede dormir, porque sueña que el autor del tiroteo de Texas se le aparezca en sueños y la lastime. Esperemos que con ayuda de profesionales y de su familia, pueda sobreponerse poco a poco a este lamentable incidente que vivió.
Con información de Telecinco y Proceso.
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