Recientemente, hubo un avance significativo en torno al estudio de la evolución humana en dos investigaciones diferentes: una llevada hecha en Kenia, África, y otra realizada por la
Universidad de Hawái en China. Estos estudios demostraron el mismo resultado: nuestros antepasados de distintas especies, ya extintas, coexistieron con otras en sus mismas épocas.
Evidencia de dos especies humanas en Kenia hace 1.5 millones de años
En un artículo publicado en Science, investigadores descubrieron huellas en la antigua orilla del lago Turkana, en Kenia. Estas pertenecen a dos especies diferentes de homínidos que coexistieron hace aproximadamente 1.5 millones de años: el Homo erectus, un ancestro directo de los humanos modernos, y el Paranthropus boisei, de apariencia más simiesca.
El análisis de estas huellas, realizado por los científicos, concluyó que representan el primer registro de dos grupos distintos de homínidos interactuando en el mismo lugar y periodo. Esto sugiere una interacción directa entre ambas especies en aquel tiempo, algo que no se creía fuera muy posible.
Craig Feibel, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Rutgers, explicó que las huellas se formaron en sedimentos blandos y que fueron realizadas con pocas horas de diferencia, indicando un contacto próximo en el mismo entorno.
Por su parte, Kevin Hatala, autor principal del estudio y profesor de Biología en la Universidad de Chatham, destacó que estas huellas fósiles ofrecen valiosa información sobre la anatomía, locomoción y comportamiento de los antiguos humanos.
Descubren una nueva especie humana en Asia
Por otro lado, un equipo de la Universidad de Hawái, en colaboración con la Academia China de Ciencias, identificó una posible nueva especie humana denominada Homo juluensis.
Según el estudio publicado en Nature Communications, esta especie vivió en Asia Oriental hace alrededor de 200,000 años. Los fósiles hallados indican que estos humanos extintos cazaban caballos salvajes, fabricaban herramientas de piedra y posiblemente procesaban pieles para su supervivencia antes de desaparecer hace unos 50,000 años.
El profesor Christopher J. Bae, de la Universidad de Hawái, lleva más de tres décadas investigando la evolución humana en Asia. Sus estudios han aclarado varios malentendidos sobre las especies humanas que coexistieron durante el Pleistoceno medio y tardío, hace entre 300,000 y 50,000 años. Además, se ha sugerido que Homo juluensis podría estar relacionado con los denisovanos, conocidos principalmente a través de análisis de ADN extraído de restos fósiles encontrados en Siberia, Tíbet y Laos.
No obstante, los investigadores advierten que aún se requieren estudios adicionales para confirmar esta relación, ya que las similitudes en los fósiles dentales y mandibulares de diferentes lugares son la base principal de esta hipótesis.
Ambos descubrimientos amplían nuestra comprensión sobre la evolución humana y destacan la complejidad de las interacciones y adaptaciones de nuestras especies ancestrales, abriendo paso a un nuevo vínculo que pudo crearse hace millones de años.
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Con información de: National Geographic