Ha quedado demostrado científicamente que los daños ocasionados a los mamíferos marinos en cautiverio son irreversibles.

Por ejemplo, los delfines, conocidos como mamíferos muy inteligentes, que se relacionan con el ser humano en buena medida.

En libertad pueden llegar a vivir hasta 50 años, pero en cautiverio, sus posibilidades de subsistencia de acortan a la mitad, lo anterior, según el especialista en ecología, Jesús Sesma Suárez.

Daños ocasionados a los mamíferos marinos en cautiverio son irreversibles

Al vivir en familia, con su captura y confinamiento, se perjudica no solamente al ejemplar separado, sino también al grupo del cual fue sustraído.

El especialista apuntó que en México esta captura está prohibida desde el año 2002.

Entre los daños a los mamíferos en cautiverio, como los delfines o los manatíes, se encuentran cambios drásticos en su alimentación.

“En libertad cazan su propia comida bajo el nivel del mar, mientras que en cautiverio les condicionan el alimento para que realicen trucos y otras actividades que no se encuentran en su naturaleza, debiendo, además, salir a la superficie para tomarla en pequeños trozos de animales muertos”, escribió el especialista.

Asimismo, en libertad los delfines nadan alrededor de 100 kilómetros por día, mientras que en cautiverio se encuentran destinados a nadar sin fin en pequeños estanques.

Otra desventaja es que se ven obligados a convivir con seres humanos, lo que hace que se mantengan en un estado de estrés permanente, el cual les puede causar enfermedades mentales, las cuales incluso han derivado en ataques contra las personas en en estos actos o show de interacción.

Además, su salud física está en constante peligro, pues en los estanques se utiliza agua potable adicionada con cloro y sal.

Su reproducción en cautiverio los condena a permanecer, de generación en generación, en instalaciones fuera de su hábitat natural, así como a la explotación con fines comerciales.

“En ese sentido, los que actualmente se encuentran confinados a un estanque deben ser objeto de controles que impidan su reproducción, lo cual perfectamente puede llevarse a cabo con métodos que no implican ningún sufrimiento para ellos, como la vasectomía”, dijo Sesma.

Finalmente, se dedica a desmentir el hecho que los delfines deben permanecer en cautiverio, porque ayudan al ser humano a rehabilitarse de ciertas enfermedades, pues no hay evidencia científica de ello.

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“Es verdad que —afortunadamente— se ha documentado cierta mejoría en el comportamiento de algunos enfermos, pero no es menos cierto que dicha mejoría también puede atribuirse a otros factores como el traslado del paciente de un lugar a otro, la visita a un sitio diferente al convencional e incluso la interacción con otros seres humanos”, remata el especialista.