Playa del Carmen, Quintana Roo. – Poco a poco se reactiva la economía tras la llegada de la pandemia y aunque con reservas, también lo hace el turismo en los destinos turísticos de México. Relativo a los destinos de sol y playa mucha gente tiene dudas sobre si las piscinas y/o playas son fuentes de contagio de Covid-19.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a evidencias científicas de estudios sobre otros tipos de coronavirus. “La morfología y la estructura química de este virus es similar a las de otros coronavirus para los cuales si existen datos de supervivencia”.

Por otro lado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que “aunque la presencia del Covid-19 en agua no tratada es posible, no se ha detectado en los suministros de agua potable”, en una entrevista para BBC Mundo.

Pero en el caso específico de piscinas y albercas, “las concentraciones de cloro libre recomendadas en el agua de piscinas (1-3 mg/L) serían suficientes para inactivar el covid-19”, de acuerdo con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

Al respecto, Joan Grimalt, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de España, detalló: “Una contaminación dentro del agua es improbable, pero es mucho más improbable en agua salada o en agua de piscina”.

Entonces no faltaría agregar más cloro a las albercas para matar al Covid-19, solamente asegurar las condiciones higiénicas en las zonas aledañas a la piscina. También recomienda “la cara y las manos con jabón antes de meterse en la piscina”.

En cuanto a las playas, el investigador señala que “el agua de mar tiene sal y se ha comprobado experimentalmente que este elemento desactiva o destruye la covid-19” y eso pasa con muchos otros virus. “Hay muchísimos organismos que no pueden vivir en un entorno salino. El agua de mar tiene una ósmosis, una densidad de iones, que mata muchas de las familias de virus”. Las características del SARS-CoV-2 hacen que se disemine en el agua y rebaje su poder de infección.

Finalmente, en la arena es difícil transmitir el virus pues por los factores: sol, la salinidad y rugosidad de la superficie. Pues la luz ultravioleta del sol destruye al virus en la arena, que además tiene altas concentraciones de sal del mar. “La arena no es una superficie lisa. Lo que se ha visto es que en superficies rugosas los coronavirus permanecen menos tiempo”, agregó a BBC, Grimalt.

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Pero hay que tener en cuenta que lo contrario ocurre en ríos, lagos o arroyos, pues “estudios centrados en otros coronavirus, con características similares al SARS-CoV-2, han demostrado que los virus siguen siendo temporalmente infecciosos en ambientes naturales de agua dulce”, según la CSIC.

Mientras sobre ese tema, Grimalt, explicó: “En principio este virus no es infectivo a través del agua, pero puestos a elegir, si uno se quiere asegurarse más vale nadar en sitios donde esté claro que no hay posibilidad de infección y esos son las piscinas y el mar”.