Un buque carguero, llamado Morning Midas, que salió desde Yantai, China, y transportaba más de 3 mil autos nuevos con destino al puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, México, se hundió en aguas profundas del océano Pacífico, cerca de las Islas Aleutianas de Alaska de acuerdo con lo informado por la Guardia Costera de Estados Unidos, tras permanecer a la deriva durante días debido a un incendio a bordo.
El buque había partido el 26 de mayo desde China, rumbo al puerto mexicano de Lázaro Cárdenas. Se esperaba su llegada para el 15 de junio, pero el 3 de junio, una alerta de emergencia dio aviso de un incendio en la zona de popa del barco, donde se encontraban almacenados vehículos eléctricos e híbridos. Las baterías de estos vehículos, particularmente las de litio, dificultaron las labores de control del fuego.
A bordo del carguero viajaban 22 tripulantes, quienes fueron evacuados en botes salvavidas y rescatados poco después por una embarcación mercante cercana. Afortunadamente, no se reportaron heridos durante el incidente.
El buque hundido transportaba material de riesgo ambiental
El Morning Midas tenía en su interior un total de 3 mil 48 vehículos, de los cuales 70 eran completamente eléctricos y 681 híbridos. Además, transportaba 350 toneladas métricas de gasóleo marino (MGO) y mil 530 toneladas métricas de fueloil con bajo contenido de azufre (VLSFO), dos tipos de combustible potencialmente peligrosos para el ecosistema marino.
Tras el incendio, que dejó inutilizable la embarcación, se movilizaron dos barcos de salvamento, el Garth Foss y el Salvage Worker, que permanecen en la zona con equipos especializados para monitorear y prevenir posibles contaminaciones.
Esta semana la nave finalmente se hundió a una profundidad de 5 mil metros en aguas internacionales, lo que hace prácticamente imposible la recuperación del buque o de su carga. La administradora del navío, la empresa Zodiac Maritime, con sede en Londres, confirmó el hundimiento sin dar detalles sobre si alguno de los vehículos fue retirado antes del colapso.
La Guardia Costera de Estados Unidos continúa vigilando el área del naufragio y asegura que, hasta el momento, no se han detectado rastros visibles de contaminación. Cameron Snell, portavoz y guardacostas de Alaska, declaró que se han tomado medidas preventivas y que se mantiene una vigilancia activa para detectar cualquier posible derrame.
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Además de los remolcadores ya presentes, un buque especializado en respuesta a derrames de petróleo fue enviado desde Dutch Harbor y se espera su llegada a la zona en los próximos días. Este despliegue se realiza como precaución adicional ante la posibilidad de que los combustibles transportados lleguen a afectar el entorno marino.
Zodiac Maritime no ha emitido más declaraciones tras confirmar el hundimiento del buque que iba de China a México y no ha respondido a las solicitudes de información de la prensa internacional. La Guardia Costera sigue en contacto con la empresa y con las embarcaciones de respuesta, mientras se evalúa el impacto final de este incidente marítimo.
Con información de ABC e Infobae