La detención de una joven italiana sorprendió el país luego de que se descubriera que había enterrado a sus dos bebés en el jardín de su casa en Vignale di Traversetolo, una pequeña localidad en la provincia de Parma.
La investigación comenzó cuando la policía encontró el cuerpo de un bebé en el terreno, semanas después de haber hallado en secreto otro cuerpo de recién nacido en el mismo lugar.
Estos descubrimientos desencadenaron una serie de investigaciones que llevaron a las autoridades a acusar a la joven de homicidio voluntario y ocultación de cadáver.
La fiscalía de Parma, al frente del caso, solicitó su arresto domiciliario, y un juez accedió a la petición mientras se esperan los resultados de los exámenes forenses del segundo bebé.
Las autoridades decidieron trasladarla a un lugar protegido, dado que su residencia está bajo intervención judicial.
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El caso sorprendió a la comunidad, ya que la joven, estudiante de Derecho y trabajadora como niñera, era vista como una persona ejemplar por los habitantes de su pueblo. Nadie, ni siquiera su pareja, tenía conocimiento de sus embarazos.
El fiscal Alfonso d’Avino reveló en una rueda de prensa que la joven ya había decidido que sus hijos no sobrevivirían al parto, y señaló alarmas durante el embarazo, como el consumo de alcohol y marihuana.
El fiscal también detalló que el segundo parto ocurrió en absoluta soledad en el sótano de la vivienda, y que tras cortar el cordón umbilical con unas tijeras de cocina, el recién nacido murió desangrado.
Luego, la joven enterró el cuerpo en el jardín y, en los días siguientes, continuó con su vida como si nada hubiera sucedido, incluso viajando a Nueva York de vacaciones poco después.
Con información de Antena3.