Un ataque coordinado dejó ocho explosiones en diversas ciudades de Sri Lanka, en donde se destruyeron tres iglesias, un complejo residencial y cuatro hoteles de lujo que dejaron un saldo de al menos 210 personas muertas y unas 450 heridas en el Domingo de Resurrección más sangriento de este país.
Según medios locales, al momento se han detenido a siete personas relacionadas con el ataque, que tomó por sorpresa a miles de fieles que celebraban una de las grandes festividades cristianas. Tras los atentados, todas las celebraciones de Pascua han sido canceladas.
Tras las explosiones, el Gobierno ha decretado estado de emergecia, bloqueando la WhatsApp y Facebook; la policía ha impuesto toque de queda inmediato con temor ante nuevos ataques.
De acuerdo con La Vaguardia, hacia las 8:45 horas, tiempo local, seis explosiones ocurrieron de forma cordinada en tres hoteles de lujo en Colombo, una iglesia de la capital; otra en un templo de Katana, en el oeste del país, y uno más en Batticaloa, al este de la isla.
Horas más tarde, se registró la séptima detonación en un pequeño hotel situado a unos 100 metros del zoo de Dehiweala, al sur de Colombo. A primera hora de la tarde se produjo la octava explosión en un complejo residencial en Dematagoda, Colombo.
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“Escenas horribles. He visto miembros amputados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. (…) Hemos llevado muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas”, aseguró en Twitter el ministro de Sri Lanka para las Reformas Económicas y la Distribución Pública, Harsha de Silva, tras visitar varios de los lugares atacados.