Durante esta nueva administración, el presidente Donald Ttrump ha priorizado la seguridad de Estados Unidos, por lo que desde sus primeros días al frente declaró a los cárteles de la droga como grupos terrioristas y comenzó con deportaciones masivas que separó a cientos de familias.
Una de sus acciones más recientes y polémicas fue el ataque realizado por las Fuerzas Armadas contra una embarcación en las costas de Venezuela el pasado 3 de octubre, presuntamente por tener vínculos con actividades del narcotráfico. Esto dejó cuatro personas fallecidas.
Tras los hechos registrados, parece ser que los cárteles de la droga no se quedarán con los brazos cruzados y ya han puesto precio a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Recientemente, el Gobierno de Estados Unidos emitió una alerta por una “amenaza sin precedentes” contra los agentes del ICE, en la que los grupos delictivos estarían ofreciendo hasta 10 mil dólares por asesinar a uno de estos elementos y dos mil dólares por secuestrarlo, en un intento por frenar las operaciones migratorias y de combate al narcotráfico en la frontera sur del país.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, calificó la situación como “sumamente peligrosa” y advirtió que estas amenazas representan un riesgo real para los agentes que trabajan en campo.
“Estas organizaciones no solo difunden información, sino que están rastreando a los oficiales que participan en operativos. Han demostrado una capacidad preocupante para identificar y atacar a nuestros agentes”, declaró Noem durante una entrevista con Fox News.
Fuentes de inteligencia confirmaron que los criminales han comenzado a divulgar fotografías, nombres y otros datos personales de los agentes en redes sociales y foros clandestinos, con el propósito de intimidarlos y entorpecer las investigaciones.
Ante este panorama, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha implementado medidas de emergencia para reforzar la seguridad de su personal, entre ellas la asignación de escoltas, el cambio de rutas y la modificación de ciertos protocolos de operación.
Las autoridades estadounidenses también han intensificado la cooperación con agencias locales y estatales para rastrear el origen de las amenazas y determinar si hay participación directa de cárteles mexicanos o pandillas con presencia en Estados Unidos.
Por su parte, el DHS ha reiterado su compromiso de proteger a todos los agentes del ICE y continuar las operaciones contra el tráfico de personas, armas y drogas, pese a los intentos de intimidación.
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Hasta el momento, no se han reportado ataques confirmados relacionados con estas recompensas, aunque el gobierno federal mantiene alerta máxima en las zonas fronterizas y en los estados donde operan las unidades de control migratorio.
Con información de Publimetro México.
