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¡Esa es mi hija!: Mujer reconoce a su hija al ver una niña migrante en la TV

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Una pequeña de apenas 9 años, cruzó sola la frontera entre México y Estados Unidos; su madre la vio en televisión y pudo reunirse con ella en Texas tras ubicarla en un albergue del Gobierno.

Se trata de la pequeña Emely, una niña de 9 años que cruzó sola la frontera entre México y Estados Unidos. Su madre, Glenda Valdez se despidió de ella con un beso hace seis años y partió en busca del ‘sueño americano’. Seis años desde pudo sostenerla nuevamente en sus brazos.

El reencuentro en el aeropuerto internacional Austin-Bergstrom de Texas, donde ambas se abrazaban entre lágrimas, fue posible en parte por una foto de Emely que vio en la televisión y por una nota de la Associated Press sobre jóvenes migrantes que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos.

“Te quiero mucho”, le dijo a la niña, hoy de nueve años. “Doy gracias a Dios”.

Por ahora, este es un final de película para una compleja historia, que comenzó en Honduras, con una relación mala, según relata Glenda Valdez de 26 años.

¡Se reencuentran tras seis años de separación!

El pasado 6 de junio del 2021, Glenda Valdez y su hija Emely se reencontraron entre llantos y la emoción de verse por primera vez en seis años. Esto luego de que Emely cruzó la frontera entre México y EU sola y su madre pudo reunirse con ella tras ubicarla en un albergue del Gobierno después de ver una imagen suya en un noticiero televisivo.

En Honduras, el padre de Emely no se ocupaba de ella ni ayudaba con sus gastos y cuando Valdez emigró en busca de una vida mejor, la pequeña quedó bajo custodia de su madre. Pero el padre se la llevó.

Valdez dijo que tuvo contactos esporádicos con la pequeña porque su padre prefería que no hablase mucho con ella y de vez en cuando lograba hacer una videollamada con la pequeña.

Un día Emely le dijo que tenía una nueva madrastra que no la trataba bien y le contó que su padre, al ver que no estaba feliz, había decidido entregarla a alguien, sin decirle a quién ni dónde.

La había dejado a cargo de un adulto que le ayudó a hacerla llegar a la frontera entre México y Estados Unidos a lo largo de varias semanas, hasta que agentes de la Patrulla Fronteriza la encontraron en La Joya, Texas, la medianoche del 12 de mayo. Había estado caminando entre arbustos por seis horas con un grupo de personas que no conocía y había perdido un zapato en el barro. Lloraba desconsoladamente.

“Tenía sed y no había nada que beber. No sabía hacia dónde íbamos”, expresó Emely el domingo.

Cuando la encontraron los agentes, les dijo que había perdido el número de teléfono de su madre, que no sabía dónde vivía ella y desesperada, les dio a periodistas detalles para tratar de identificar a la madre.

“Tiene cabello rizado, aunque a veces se lo alisa. Tiene un aro en el labio”, describió.

Aunque afirmó que su madre la esperaba, ella no tenía idea de que el padre había enviado a su hija a la frontera.

“¡Esa es mi hija!” dijo la madre al verla en TV

Valdez estaba en su casa en Austin, viendo un noticiero de Univision una tarde de mayo, cuando vio la foto de Emely y supo de inmediato que era su hija. Desesperada, empezó a llamar a las autoridades estadounidenses, a la cadena televisiva y a organismos de refugiados.

“Estaba conmocionada, honestamente. Imagínese estar viendo televisión y de repente se aparece tu hija”, dijo Valdez. “Y verla llorando, diciendo cosas que me partieron el corazón. Que estaba molesta, llorando y todo eso. Ver es imagen suya descalza. Fue todo muy duro para mí”.

Emely dijo que estaba siendo llevada a una casa para menores, pero Glenda indicó que no lo sabía y que por semanas recibió respuestas vagas de las autoridades. Le decían que tuviese paciencia.

Hasta el miércoles pasado cuando recibió una llamada en la que le dijeron que Emely estaba en un albergue del Gobierno. Se verían pronto. Y el sábado le informaron que podría reunirse con su hija al día siguiente en el aeropuerto. A la hora indicada, bajó corriendo una escalera del aeropuerto para abrazar a su hija.

Emely es parte de una ola de migrantes menores de edad que cruzan la frontera desde México solos. Casi 19 mil llegaron en marzo, lo que constituye una cifra mensual sin precedentes, y cerca de 17 mil 200 en abril, es considerada la segunda más alta.

Finalmente Emely se instaló con su madre, su esposo y otras dos hijas que tuvo Valdez. Las pequeñas estaban ansiosas por conocer en persona a su hermana mayor, a quien conocían sólo por videollamadas.

“El plan es aceptar todo lo que disponga Dios y estar con ella aquí (…) y no volver a separarnos jamás. Pedirle a Dios que no permita que nos volvamos a separar. Darle todo el amor que no pude darle. Todo lo que se perdió. Darle un futuro mejor para compensar un poco todo lo que pasó”, dijo Valdez.

Con información de Sin Embargo

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