Paul Manafort, el exjefe de campaña de Donald Trump, será ingresado en prisión preventiva debido a nuevos delitos de obstrucción a la justicia.

Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, a la cárcel

Donald Trump y su gente siempre dan de qué hablar, esta vez fue turno de Paul Manafort a quien se le acusa de nuevos delitos de obstrucción a la justicia.

Estas faltas se le atribuyen por contactar a testigos de su causa, en el marco de la investigación de la trama rusa.

Un juez federal fue quien revocó el arresto domiciliario en el que se encontraba Manafort en espesar de los juicios pendientes.

Uno de estos por fraude bancario programado para julio y otro por trabajo de lobby no declarado para septiembre.

La terrible historia

Manafort  y un socio suyo se entregaron al FBI con la finalidad de esclarecer los presuntos delitos descubiertos durante la investigación de la trama rusa.

Dicha averiguación aborda la injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016 para favorecer al actual presidente Donal Trump.

Además tiene como objetivo esclarecer si existió alguna connivencia con el equipo de Trump.

La lista de delitos va desde conspiración contra Estados Unidos (omisión de actividades e ingresos), lavado de dinero, hasta las mentiras a los investigadores.

Esto, aunque usted no lo crea, estos delitos fueron cometidos antes de que figurara como jefe de campaña de Trump.

Manfort ya tenía fama de lobista y había tenido como cliente al expresidente ucraniano Victor Yanukóvich.

En este caso ayudó al ucraniano a lograr apoyos en Europa y Estados Unidos.

Mientras que como jefe de campaña de Trump, entre junio y agosto de 2016 participó en reuniones con personalidades rusas sin haberlo hecho público previamente.

Donald Trump defiende a su gente

Por su parte Donald Trump salió en su defensa y hasta cuestionó al juez:

¡Guau, qué sentencia más dura para Paul Manafort, que ha representado a Ronal Reagan, Bob Dole y muchos otros políticos importantes y campañas!

Y de forma irónica agregó que “no sabía que era cabecilla de una mafia”.

Además en Twitter calificó las acusaciones como injustas y cuestionó sobre la “corrupta de Hillary” y sobre Comey el ex jefe del FBI, despedido por Trump.

Antes de que se conociera el veredicto del juez en Washington, Trump rindió algunas declaraciones sobre su ex jefe de campaña.

En las cuales se manifestó en contra de dichas acusaciones “ya que estaban destapando cosas que ocurrieron hace 12 años” según Trump.

Pero, sobre su relación con él tomó distancia y aseguró que trabajó con él 49 días.

Sin embargo Manafort salió por la puerta de atrás de la Casa Blanca.

Esto, después de develarse que habían ocultado el cobro de 12.7 millones de dólares.

Claro, esto proveniente de Yanukóvich y la citada campaña para los apoyos al político.

Manafort había negado cualquier vínculo con el Kremlin y sus satélites.

Además no se había registrado como agente extranjero ante el Gobierno prorruso.

El cargo de obstrucción a la justicia con manipulación de testigos también daña al ruso Konstantin Kilimnik, asesor de confianza de Manafort.

La Fiscalía sostiene que Kilimnik mantiene lazos con los servicios de inteligencia de Moscú.

Con Kilimnik, el número de acusados se elevó a 20, además de tres compañías.

Con las manos en la masa

Mueller al indagar provocó que ambos acusados intentaran contactar a sus ex compañeros del Grupo de Hapsburg.

Este contacto tenía como finalidad que los testigos mintieran sobre el alcance de la consultoría de Yanukóvich.

Su objetivo era que se aclarara que la campaña para políticos ucranianos no tuvo lugar en Estados Unidos.

De esta forma no era relevante que Manafort no se hubiera registrado como lobista extranjero ante el Departamento de Justicia, lo que constituye el delito.

El FBI tiene documentos y declaraciones de los dos trabajadores del Grupo Hapsburg.

También cuentan con latas de llamadas telefónicas y documentos sustraídos de la revisión de la cuenta de iCloud de Manafort.

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En los últimos, muestran que el exdirector de campaña a de Trump intentó comunicarse con ellos cuando quedó en libertad bajo fianza.