Tailandia.- Cola sólo era un cachorro cuando un vecino de los alrededores de Bangkok le amputó brutalmente las patas delanteras a golpes de espada al inocente perro.
Lo anterior porque le había mordido sus zapatos.
Le dan segunda oportunidad al perro
John y Gill Dalley por casualidad se encontraron con la historia de Cola y decidieron adoptarlo y ayudarlo en su refugio en Phuket, donde dirigen la Fundación Soi Dog.
Gill de inmediato se enamoró de Cola, ya que ella también había perdido las piernas por una grave infección.
Así que Gill y su marido atendieron a Cola y le adaptaron unas rudimentarias prótesis.
Pero, decidieron pedir ayuda a la colaboración de Bengt Soderberg.
Este personaje es el fundador del Laboratorio Ortopédico Escandinavo de Phuket y director de excelencia de prótesis y ortopedia de Siriraj Hospital en Bangkok.
Cola, el perro que volvió a ser feliz
Las primeras prótesis eran rectas y rígidas, lo cha dificultaba los movimientos del animal.
Bengt, entonces, se dedicó a inventar extensiones basadas en las palas que hacen servir los deportistas paralíticos, conocidas como blade runner.
Cuando al fin estuvieron listas, Cola se adaptó en un dos por tres.
Ahora se le ve bajando y subiendo por la playa con sus nuevas prótesis.
Final feliz
Aunque Gill ya no pudo ver a Cola correr nuevamente, debido a que falleció antes de esto.
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Dalley su esposo fue quien llevó a Cola a pasear por la playa con sus nuevas piernas.