China.- Un caso bastante peculiar ha generado críticas y cuestionamientos en el país asiático, pues el dueño de un equipo de fútbol puso a su hijo a jugar sin mayor mérito.
El joven, de 126 kilos, estuvo jugando en el Zibo Cuju durante 5 minutos y se encargó de patear los tiros de esquina hasta los penales.
Además, el joven tiene la camisa de dorsal 10, un número que la mayoría quisiera portar en un equipo, actualmente este equipo está bajo en las tablas de las ligas del país asiático y solo ha tenido un punto de 15 en varios juegos.