Cancún.- Sí de por sí el parque de Las Palapas es el corazón neurálgico del Cancún de pueblo, el de los trabajadores de la zona hotelera, el de los empleados que laboran en sus alrededores y el de las familias que optan por visitarlo y comer algo de lo que ahí se ofrece.
Ese es el Cancún que cobra vida por las tardes y noches en un pedazo de la Supermanzana 22, donde también suelen acudir algunos turistas ya sean nacionales o internacionales.
Ahí en Las Palapas quien llega con intención de comer se encuentra empanadas, polcanes, machacados, panuchos, chapatas, salbutes, tortas, tacos, esquites, marquesitas y otro tipo de alimentos que son la delicia de las familias.
Por si faltara ponerle una cereza al pastel, llegaron los tamales ya que Las Palapas es sede de una singular feria que congrega a “creadores” de tamales de chipilín, rajas, elote, mole, dulce y hasta para los que son de la Ciudad de México, hay las famosas guajolotas o torta de tamal.
Quien organiza el evento es la Asociación de Oaxaqueños Radicados en Cancún, quienes no se limitan sólo a los tamales de su tierra sino que saben preparar los de otros estados, ayudados por cocineros y cocineras de las entidades implicadas.
“Nunca pensé comer un tamal, yo ya había escuchado que hacían tamales”, comentó Robert Elliot, turista procedente de Seattle.
Junto a Robert, Susan observa detenidamente como un tamal es desenvuelto y colocado en un plato. Minutos después, ese tamal ya desapareció y se abre la opción de repetir.
“Pásele, pásele, aquí están sus tamales estilo Veracruz, también tenemos los de la tierra del Peje, los de Tabasco, los de Chiapas y los de Veracruz”, grita Efrén, quien desde su oferta verbal llama la atención de posibles compradores.
El joven es radicado desde hace tres años en Cancún y residente de Paseos del Mal, bueno, Paseos del Mar, se corrige con risa ya que asegura, ahí una noche sí y otra también asaltan a alguien o incluso, lo matan.
Efrén afirma que vende tamales en Paseos del Mar y como se enteró de la Feria del Tamal pues decidió solicitar un permiso para formar parte de los expositores.
Mientras el reportero camina y observa diferentes puestos comprueba que hay de frijol con chicharrón, los de masa colada, torteados, maneitas, de caminito, elaborados ya sea con pollo, res o cerdo.
El precio va desde 10 hasta 25 pesos, dependiendo la especialidad.
Algunos expositores consultados afirmaron que participar en el evento no tuvo un costo de inscripción, más que el de los propios gastos para la elaboración de unos 200 tamales diarios por persona.
“La venta va bien, hoy es el último día pero estamos pensando que mañana domingo aquí estaremos, aprovechando que siempre hay un festival este día por las tardes”, afirmó Rosendo Hernández, quien después siguió con su grito de venta.
“Pásele, pásele, venga por su tamal, no se quede con las ganas, hay tamales para todos”.