El cuidado de la piel se ha convertido en una prioridad tanto para hombres como para mujeres, lo que ha llevado al crecimiento de diversas técnicas y tratamientos, muchos de ellos altamente efectivos y recomendados por especialistas. Sin embargo, algunos productos pueden causar reacciones adversas, como le ocurrió a una joven inglesa que sufrió quemaduras de segundo grado.
El diario Daily Mail reportó la historia de Melia Nielsen, una mujer de 24 años de Grimsby, Lincolnshire, quien en julio se sometió a un procedimiento de microagujas, que utiliza pequeñas agujas estériles para perforar la piel. En lugar de mejorar su piel, Melia tuvo que acudir de urgencia al hospital tras notar una hinchazón y un color morado en su mejilla izquierda.
En el hospital, los médicos le diagnosticaron una quemadura química, dejándole una gran cicatriz. A raíz de esta experiencia, Melia ha decidido concienciar a otros jóvenes sobre la importancia de investigar a fondo, realizar consultas y elegir cuidadosamente los productos para el cuidado de la piel.
“Quería sentirme segura sin maquillaje. Ahora estoy en una situación peor porque tengo una enorme cicatriz en la cara en lugar de solo unos pocos granitos”, comentó Melia. Ella había estado asistiendo a la clínica para hacerse peelings químicos y otros tratamientos para eliminar el acné, y recientemente había comenzado con las microagujas para tratar las cicatrices.
Melia relató que en su primera sesión no tuvo problemas, pero en la segunda sufrió la quemadura. “La esteticista repasó la misma zona repetidamente hasta desgastar las primeras capas de mi piel, dejándola en carne viva. Aunque estaba sangrando, no me lo mencionó en el momento. Días después, me dijo por mensaje que había notado el sangrado y que había limpiado el área con un tónico, lo que quemó la piel nueva”, explicó.
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Al llegar a casa, Melia notó que su cara estaba supurando y entró en pánico. “Me lavé con agua y no me puse nada encima”, recordó.
Hay que tener en cuenta que el peeling químico es un tratamiento estético que utiliza soluciones químicas para exfoliar y mejorar la textura de la piel.
Este procedimiento se realiza aplicando ácidos sobre la piel, lo que provoca que las capas dañadas se desprendan y se regeneren, dando lugar a una piel más suave y menos arrugada. Sin embargo, en ocasiones estos tratamientos pueden ser muy agresivos con ciertos tipos de pieles, provocando quemaduras como el caso de la joven.
Con información de Milenio
