Ciudad de México.- El pequeño Yael perdió la mano en una de las escaleras del Metro Tacubaya, es de Playa del Carmen y pregunta a sus padres “¿Cuándo me va a crecer mi manita?”.
Lo anterior, al ver su antebrazo envuelto en vendas, no logra comprender que la amputación sufrida por el accidente en las escaleras eléctricas del Metro Tacubaya en la Ciudad de México, cambiará su futuro.
La aventura se convirtió en una tragedia
El pequeño Yael salió acompañado de Playa del Carmen, donde practicaba natación, rumbo a la Ciudad de México, junto a sus padres.
Ahí, fue a conocer el zoológico de Chapultepec; y a la hora de subir al Metro fue una aventura, que lamentablemente terminaría en una tragedia.
Al llegar al Metro Tacubaya, en las escaleras de transbordo de la Línea 7, el pequeño y su familia descendían por las escaleras eléctricas.
Ahí, su padre lo llevaba de la mano, mientras su madre se encontraba atrás de ellos.
El pequeño Yael se agachó para recoger algo que se le cayó, pero sus dedos quedaron atrapados entre los escalones, cercenando su mano derecha.
No pudieron reconstruir su extremidad
Las escaleras del metro provocaron que el pequeño de cinco años sufriera una amputación traumática; los especialistas del Hospital de Traumatología del IMSS Lomas Verdes nada pudieron hacer para reconstruir y unir los tendones de su extremidad.
“Dentro de todo lo malo, afortunadamente fue su manita derecha, porque el niño es zurdo”, indicó su padre.
Nadie los auxilió en el Metro
“Fue un momento de desesperación, las escaleras del Metro no tienen botón de alarma o señalamiento que indique el sitio donde se puede detener la operación de las escaleras“, dijo.
“Nadie nos auxilió, fue un pasajero el que llamó a una ambulancia; los policías aparecieron mucho después, y en lugar de apoyar, nos gritaron y respondieron de forma violenta”, finalizó.
También te puede interesar: Es la CDMX el destino turístico más visitado de América Latina
Los médicos evaluarán la posibilidad de que Yael reciba una prótesis y terapias de rehabilitación, mientras permanece internado y pregunta: “Papá, ¿cuando me va a crecer mi manita?”.