Mérida, Yucatán.- De cancelarse el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como amenaza el presidente estadounidense Donald Trump, se corre el riesgo que inversionistas de aquel país abandonen o reduzcan su participación en México, lo que traerá mayor inflación y menor recaudación de impuestos, lo que se traduciría en menor inversión pública.
Guido Españas Villafaña, presidente del Colegio de Contadores de Yucatán, señaló que, independientemente de lo que decida Trump, el gobierno mexicano tiene que tomar acciones para contrarrestar las consecuencias de las tasas impositivas de Estados Unidos, o incluso la militarización de las fronteras.
TRUMP Y SU GUERRA
Trump ya ha lanzado los primeros ataques de una posible guerra tarifaria con China, al imponer una serie de impuestos a importaciones de aquella nación; además, ya ha amenazado con salirse del TLCAN. De suceder lo último, los costos aduanales y tarifas inhibirían las inversiones estadounidenses, al grado que podrían regresarse a su país. Esto generaría circulante, subirían los productos, habría mayor inflación, el Gobierno dejaría de recibir impuestos, lo que llevaría a una menor inversión pública.
¿Qué podría hacer el gobierno federal o los estatales? Según Espadas Villafaña podría gravar productos hasta ahora desgravados, eliminar la tasa cero, que el ISR sea de 20 o 25%, así como ahorrar en gastos que considera superfluos, como los sueldos de la “burocracia inútil y robusta, o los gastos de pensiones de funcionarios como expresidentes y gobernadores, o incluso en festividades y comidas donde en vez de gastar millones, gasten solo miles de pesos”.
Finalmente urgió a hacer una reforma fiscal concreta, “no solo parches”, la cual podría incluir nuevas tasas, nuevos objetos de impuesto, actividades gravables nuevas.
“A todo ingreso debe corresponder un impuesto, justo, pero destinado para inversiones sociales. No podemos exigir el mismo impuesto para una miscelánea que para una tienda de conveniencia”, opinó.