Tomar un avión es, hasta ahora, la forma más rápida y fácil de acortar distancias y viajar de un lado a otro, de ahí que sea uno de los medios de transporte más populares, sin embargo, aunque existen sólidos protocolos de seguridad en torno a los vuelos, en ocasiones ocurren situaciones totalmente inesperadas que ponen en peligro la vida de los pasajeros.
Justamente eso ocurrió cuando un vuelo privado estuvo a punto de terminar en tragedia luego de que el único piloto a bordo sufriera un paro cardiaco en pleno vuelo sin que hubiera alguien que pudiera auxiliarlo y ayudarle a estabilizar el avión.
El vuelo había partido de Las Vegas con destino a Monterey, California, sin embargo, todo se convirtió en terror el piloto, identificado como Eliot Alper, experimentó una grave crisis de salud y la única pasajera a bordo, Yvonne Kinane-Wells, que además es la esposa del piloto tuvo que asumir el control de la aeronave sin tener ninguna experiencia.
Aunque la situación era desesperada, Kinane-Wells actuó rápidamente, comunicándose con la torre de control y alertando de la emergencia, así, la mujer se armó de valor, y en un intento por salvar su vida y la de su esposo, siguió con atención las indicaciones de los operadores aéreos, quienes le dieron todas las instrucciones necesarias para lograr aterrizar de emergencia el avión en Bakersfield.
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Desde tierra, los operadores mantuvieron una comunicación constante y le indicaron cómo mantener el avión en vuelo estable y realizar un aterrizaje seguro, en tanto, el controlador aéreo ajustó el curso de la aeronave para que todo saliera lo mejor posible y el matrimonio regresara a tierra sano y salvo.
Mientras Yvonne luchaba por estabilizar la nave, el piloto se encontraba inconsciente y ya era esperado por los servicios de emergencia una vez que aterrizaran en la pista del aeropuerto para brindarle la atención médica necesaria.
Por fortuna, el avión aterrizó con éxito, y de inmediato los equipos de bomberos y ambulancias se apresuraron a atender a Eliot Alper, quien fue trasladado rápidamente a un hospital cercano, en donde se espera que su estado de salud mejore, aunque hasta el momento se desconoce cómo se encuentra.
En tanto, Yvonne Kinane-Wells, recibió elogios de los controladores aéreos, el personal del aeropuerto, la familia del piloto y a quien llamaron “heroína” por haber mantenido la calma en todo momento.
El incidente fue investigado por la Federal Aviation Administration (FAA) y la National Transportation Safety Board (NTSB), a fin de esclarecer los hechos a lo que calificaron como “sin precedentes”.