Playa del Carmen, Quintana Roo.-Adoptar animales silvestres no solo es un delito, también atenta contra la vida de las especies pues su hábitat no está con el ser humano que puede provocarle un severo daño y es el caso de ciudadanos que han tomado ejemplares endémicos para “criarlos” y luego los abandonan porque no saben qué hacer con ellos.
Hace unos días publicamos en Quinta Fuerza el caso de un coatí que fue adoptado por una familia en Playa del Carmen, quien lo crio en un edificio. Luego, los habitantes se mudaron y abandonaron al ejemplar a su suerte.
En redes sociales, una usuaria compartió el caso. “Necesito de su ayuda para encontrar un hogar lindo para Jonita. Vivía con unos vecinos, pero se fueron y la abandonaron en el edificio. Ella está un poco domesticada y no la podemos echar a la calle, ni tampoco tenerla aquí. Esta chiquita y es muy cariñosita y traviesa, necesita un espacio más grande”, publicó.
La usuaria logró que la asociación civil Rescate Animal SOS, atendiera su llamado y rescatara a la coatí.
Como ese hay más casos, como el de este mapache cuya madre murió. Fue arropado por una ciudadana de Tulum que creyó que al criarlo le hacía un bien. “En octubre encontré esta mapacha muy pero muy bebé después de la primer tormenta que hubo, yo creo su mamá la abandono estaba muy desnutrida y débil”, dijo la ciudadana que tomó a la mapache.
“La alimenté y me super encariñé con ella, pero ahora necesita más espacio y no la puedo dejar ir al monte porque no va a sobrevivir, es más ella no se quiere ir. Alguna institución, lugar, persona que nos pueda ayudar, yo quiero lo mejor para ella ayuda”, agregó.
La recomendación es que si se encuentra un animal silvestre herido o en peligro, se debe de llamar al 911, Profepa o a asociaciones civiles animalistas, pues podremos tener buena intención o creer que salvamos animales, pero al domesticarlos e intentar liberarlos los arriesgamos a morir.
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También está el caso de no tener los correctos cuidados con ellos, por lo que necesitan ser atendidos por expertos para ser liberados en su hábitat.