México.- Según cifras del proyecto “México ¿cómo vamos?”, Quintana Roo fue el estado que registró mayor crecimiento económico estatal en 2016, con respecto al año anterior, con una tasa de 7% anual.

Al Estado, le siguieron Aguascalientes (6.8% anual), Guanajuato (5.1% anual), Sonora (5% anual) y Colima (4.8% anual). Estos cinco estados representan 10.7% de la producción nacional.

Por el contrario, 5 estados mostraron tasas de crecimiento negativas en el año.

Campeche y Tabasco, estados cuyas economías dependen ampliamente del petróleo, fueron aquellos con la mayor caída, al decrecer 7.4% y 5.2% anual respectivamente.

Veracruz, Tamaulipas y Zacatecas decrecieron en 2.8%, 1.1% y 1% respecto al año anterior.

Crecimiento económico estatal, detallado

La economía de Quintana Roo está fuertemente enfocada en las actividades terciarias, 87% de su economía depende de servicios y turismo.

Sin embargo, este rubro creció 3.8% durante 2016, apenas 0.4 puntos porcentuales por encima del crecimiento nacional del sector, de 3.4%.

Por otra parte, las actividades secundarias en el estado, que representan 12.4% de su actividad económica, crecieron a un ritmo de 31.3% en el año, representando un alto repunte en comparación de años previos.

Fue el estado donde las actividades económicas secundarias tuvieron la mayor expansión, seguido por Yucatán, donde crecieron 9.2% anual.

Dentro de las actividades secundarias, destaca el crecimiento de la construcción en el estado, el cual representa 7.2% de la economía quintanarroense y creció 49% durante 2016.

Conclusión

Crecer a tasas altas y sostenidas requiere de la toma de decisiones difíciles en el corto plazo que muy posiblemente darán resultados en el largo plazo.

En primer lugar, es de vital importancia continuar exigiendo la transparencia y rendición de cuentas en el uso de recursos públicos para que sean destinados a fines que beneficien a toda la población.

Asimismo, hace falta impulsar la inversión pública para desarrollar infraestructura de calidad que mejore la conectividad entre las regiones del país y hacia el exterior.

Finalmente, la atracción de inversiones privadas que fomentarán el crecimiento económico y la generación de empleos formales solo será posible en un ambiente con reglas claras y un Estado de derecho que se respete.

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De no actuar a la brevedad, el problema de la brecha de desarrollo entre los estados continuará ampliándose y cada vez será más difícil de corregir.