Disney vuelve a encontrarse en el centro de una controversia legal por revivir digitalmente al actor británico Peter Cushing en la película Rogue One: Una historia de Star Wars de 2017.
Curiosamente, la demanda presentada no viene de parte de los familiares del actor que interpretó a Moff Tarkin en el universo creado por George Lucas, sino de Tyburn Film Productions, la compañía productora de su amigo, Kevin Francis.
De acuerdo con Francis, Disney utilizó la imagen de Cushing sin la autorización necesaria infringiendo un contrato firmado antes de su muerte en 1994. El productor afirma que su amigo y colega “no accedió a no conceder permiso para que nadie reprodujera su aspecto mediante efectos especiales sin su autorización”. A su vez, menciona que, en 1993, este habría firmado un acuerdo “que no permitía que se utilizara su imagen sin el permiso de Francis”.
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El productor también incluye en su demanda a Lucasfilm, Lunak Heavy Industries, que produjo Rogue One, así como a la agencia de Cushing, alegando que obtuvieron un enriquecimiento injusto por la aparición digital del actor en la película.
Disney intentó que el Tribunal Superior de Londres desestimara el caso el año pasado, pero fue rechazado. El juez Tom Mitcheson admitió que, dado que se trata de un área legal poco explorada, el caso es por lo menos discutible. “En un área del derecho en desarrollo es muy difícil decidir dónde podrían estar los límites en ausencia de una investigación completa de los hechos”, reconoció.
La defensa de Disney afirma que tiene en su poder un contrato firmado por Peter Cushing del año 1977, cuando participó en el rodaje de Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza. Según la compañía, este acuerdo les otorga los derechos de la imagen del actor, lo que justificaría la inclusión de su rostro en Rogue One: Una historia de Star Wars mediante tecnología CGI.