Mundo.- El 23 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Melanoma, con la finalidad de sensibilizar y concienciar a la población acerca de este tipo de cáncer de piel, así como divulgar la importancia del diagnóstico precoz de esta enfermedad.
Pese a que el carcinoma de células basales es el tipo de cáncer de piel más común, el melanoma representa el 4% de los tumores malignos de la piel y sigue siendo el responsable del 80% de las muertes a nivel mundial en los últimos 25 años.
¿Qué es un melanoma?
El melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel (conocido como melanoma maligno y melanoma cutáneo) que se forma en las células (melanocitos) que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. Es curable si se detecta a tiempo.
El melanoma maligno es uno de los tumores más letales, ya que representa el 75% de todas las muertes por cáncer de piel, siendo más propenso a propagarse a otras partes del cuerpo o tejidos. Se presenta en forma de lunares inusuales e irregulares (existentes o de nueva aparición) o por cambios de tamaño, forma o color de una parte de la piel.

Estos son algunos síntomas a tomar en cuenta para detectar la aparición de melanomas en nuestra piel:
Cambios en el tamaño, forma, textura o color de un lunar existente.
Aparición de lunares nuevos.
Sensación de comezón y dolor al palpar algún lunar. Ulceraciones o sangrado.
Ante cualquier cambio, modificación o aparición de lunares con características inusuales es muy importante asistir a un dermatólogo, a fin de efectuar el diagnóstico correspondiente para descartar la patología. En caso de detectar alguna lesión sospechosa en la piel, el procedimiento a utilizar es una biopsia, tomando una muestra de tejido cutáneo para su análisis en un laboratorio.
Cómo protegerte
Cerca del 90% de los cánceres de piel están asociados con la exposición a la radiación ultravioleta (UV).
Seguir unos consejos básicos de la OMS puede ayudarte a prevenirlo:
Evitar exponerse al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
Evitar los salones de bronceado.
Utilizar un protector solar todos los días con un factor de protección solar (FPS) de 15 como mínimo. Aplícalo en todo el cuerpo 30 minutos antes de salir y vuelve a aplicarlo cada 2 horas.
Usar sombrero y gafas de sol con protector para rayos UV.
Mantener a los recién nacidos alejados del sol. Los protectores solares deben ser utilizados en bebés mayores de seis meses.
Examinar la piel de cabeza a pies cada mes.
Consultar a un médico cada año para un examen profesional de la piel.

