México.-La caries afecta a más de 600 millones de niños a nivel mundial, que la sufren en sus “dientes de leche” a pesar de ser un problema prevenible, informó Fátima Aguilar, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) León de la UNAM.

Causas de este mal

La experta destacó que a nivel mundial, la caries es la décima afección más común en dentición primaria, mejor conocida como “dientes de leche”.

Para prevenir la caries en la primera infancia, Fátima Aguilar destacó que “deben eliminarse malos hábitos como chuparse el dedo y utilizar chupones por periodos prolongados, pues pueden distorsionar la posición de los dientes y el crecimiento de los maxilares, con lo que los patrones del habla podrían verse afectados”.

“Una mala atención en la etapa de dentición primaria conlleva a otras alteraciones como la pérdida del espacio para las piezas permanentes, infecciones, dolor, disminución de la capacidad de nutrirse y ausentismo escolar”, expuso.

Consecuencias de la caries en dientes de leche

“Los dientes de leche son importantes por sus múltiples funciones: ayudan a los pequeños a masticar, a sonreír, a hablar de manera correcta, a posicionar su lengua, además de contribuir a estimular el crecimiento de los huesos de la cara, concretamente de los maxilares”, dijo.

Advirtió que su pérdida prematura “podría llevar a un desfase en la erupción de los dientes permanentes, que provocaría que salgan de manera desordenada y mal alineados (maloclusión). Sin embargo, con los cuidados apropiados se previenen estos problemas, que representarían desembolsos económicos para tratamientos correctivos”.

Higiene y cuidado

La especialista dijo que para llevar un buen control y cuidado bucodental, hay que visitar al dentista una vez que salga el primer diente y el seguimiento dependerá del nivel de riesgo de cada paciente.

A los bebés se recomienda con una gasa húmeda limpiar su lengua y paladar del bebé, diariamente o cada tercer día e iniciada la dentición, debe ser diario.

“En el mercado se ofrecen aditamentos que se adaptan al tamaño de la boca y dientes de los pequeños; también es sustancial elegir la pasta y usar la cantidad propicia, que para un niño menor a tres años no debe ser mayor a un grano de arroz. Después de lavar los dientes el enjuague debe ser adecuado para que la pasta tenga un efecto preventivo”, indicó Fátima Aguilar.

Hay que evitar usar biberones durante la noche, en especial su es diario y el contenido es azucarado. Asimismo dijo que es necesario fomentar desde edades tempranas el lavado de los dientes.

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“Por lo general, los niños tienden a imitar a los padres; entonces, si en casa el cuidado bucal es un hábito, lo seguirán. De igual manera, se debe vigilar hasta los siete años el cepillado, pues antes de esa edad no tienen la capacidad psicomotriz para hacerlo por sí mismos”, agregó.