Un senderista que iba cuesta abajo con su bicicleta fue atacado por un águila real en las montañas del sur de Noruega. Esta misma ave habría agredido a una bebé días después mientras se encontraba en un jardín.

De acuerdo con la víctima, Francis Ari Sture, en principio pensó que se trataba de una persona que lo intentaba empujar ladera abajo, pero al voltear se percató de que se trataba de un águila real.

El ave rapaz embistió a Sture en la cara y brazos durante 10 a 15 minutos mientras descendía la montaña. Comentó, que su mayor temor era desmayarse porque sabía que el águila potencialmente lo podría comer.

Aunque Sture se intentó proteger con su mochila utilizándola de escudo, nada pudo hacer, pues el ave de presa volvía una y otra vez.

Después de unos minutos, el águila se fue volando, pero Sture tuvo que caminar dos horas más para llegar a un campamento y pedir ayuda. Los médicos indicaron que gracias a sus gafas de sol y su camiseta de manga larga, sus lesiones no fueron peores.

Ataque a bebé

Se presume que días después, esa misma águila real atacó a una bebé de 20 meses mientras jugaba en el exterior de una granja de Orkland, un pequeño municipio del sur de Noruega, donde repentinamente, la rapaz salió de la nada y arañó a la pequeña.

Aunque el padre no estaba al momento del asedio, informó para la agencia de noticias AP, que su esposa y su vecino corrieron a luchar contra el águila, que atacó a la niña tres veces antes de morir golpeada con un trozo de madera.

La menor recibió un par de puntos de sutura y tiene marcas de arañazos en la cara. Las heridas estaban justo debajo de uno de los ojos de la infante.

Alv Otter Folkestad, experto en águilas de Birdlife Norge, señaló que lo más probable es que el águila tuviera un “trastorno de conducta”. Además, por el plumaje, le hace pensar que se trataba de la misma ave.

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“Los detalles del plumaje me hacen creer que se trata de la misma ave. El plumaje significa que no hay dos águilas reales iguales”, explicó.