En una pequeña localidad de Nueva Zelanda de nombre Omaui, dirán adiós a los gatos, debido al peligro que corren las aves de la localidad, así lo anunciaron autoridades neozelandesas.
La medida busca proteger a las especies de 230 hectáreas, pues los gatos están acabando con el ecosistema del lugar, al atacar a palomas, currucas grises, martínes pescadores entre otras especies de aves, además de cazar insectos y reptiles, por lo que la mejor solución, para las autoridades, es que no existan gatos en la localidad.
Afortunadamente, no los despedirán de una forma violenta y cruel, sino dejarán que mueran de forma natural, y después sus amos no tendrán derecho a adquirir otro igual.
La medida iniciará, cuando los dueños instauren un microchip a sus mascotas, castrarlas y anotarlas en un registro ante las autoridades locales, en caso de no atender la petición los oficiales podrán decomisar a las mascotas.
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Sin embargo, los amantes de los gatos no han tomado con gracia esta nueva ley, pues consideran que es un acto de represión ante sus preferencias por dichos animales y han anunciado que realizarán una petición formal ante esta propuesta.