Venezuela.- Una situación de alarma se vive en el Centro de Formación para el Hombre Nuevo “El Libertador”, un establecimiento que forma parte del Complejo Penitenciario del estado de Carabobo en el país sudamericano.
Se trata de dos reclusos que fueron castigado por comerse a la mascota del exdirector del penal, una perra rottweiler que llamaban “Princesa”.
Los familiares de estos reclusos denuncian que la situación se debe a la falta de comida que pasan los prisioneros, aunque tampoco justifican que se asesinara al animal.
Además, aunque los parientes llevan comida a los presos, muchos alimentos los rechazan las autoridades venezolanas a cargo del penal, por lo que se vuelve más crítica la situación.
“Siempre nos enteramos que les falta algo. Las tortas o catalinas (dulce típico venezolano) no las entregan completas y se quedan siempre con muchas partes”, señaló uno de los familiares de un custodio.
Con información de El Nacional de Venezuela