AKUMAL, MX.- El jueves primero de febrero del 2018, durante la Octava Sesión Extraordinaria de Cabildo de Tulum, la presidenta Romalda Dzul Caamal; el síndico Rodolfo Pech, y los regidores que componen este órgano de representación popular aprobaron un acuerdo para dar cumplimiento a la ejecutoria dictada en autos del Juicio de Amparo Indirecto número 1213/2016-E-10, promovida por la persona moral “Club Akumal Caribe”.
Esto, no es otra cosa más que invalidar el acuerdo que el 29 de agosto del 2016 aprobaron sus antecesores, el Cabildo que encabezó David Balam, en el cual cancelaban un certificado catastral de colindancia que otorgaba la propiedad de un predio de mil metros cuadrados a Club Akumal Caribe, argumentando que el hotel se había apropiado indebidamente de un acceso público a la bahía de Akumal.
Hay que recordar que un día después de aprobar el acuerdo, el entonces secretario general del Ayuntamiento, Gilberto Gómez Mora, valiéndose de maquinaria pesada y alentado por los cooperativistas de la zona en conflicto, echó abajo una barda, palapas, y hasta una escultura en honor a Gonzalo Guerrero.
Con estos actos, las autoridades municipales enviaren un mensaje erróneo a la comunidad pues aparentando servir al pueblo, en realidad incurrieron en un delito que aún es analizado por los encargados de impartir justicia.
Diecisiete meses después de violentar las leyes y reglamentos que prometieron hacer cumplir, el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito ordenó a los actuales representantes del gobierno de Tulum, restituir la propiedad a la parte afectada.
Si bien el Cabildo aprobó el acuerdo, lo hicieron no sin antes expresar su molestia algunos regidores, más como un intento de lavarse las manos al recibir un “castigo” por algo que no hicieron ellos.
Y es verdad, no fueron éstos quienes se excedieron en sus funciones, pero el resolutivo fue contra el Ayuntamiento de Tulum, al cual representan en este momento.
El viernes 2 de febrero, en la tercera reunión de trabajos para ordenar las actividades de nado con tortuga en la misma zona de Akumal, los integrantes de la Federación de Cooperativas de Akumal hicieron acto presencia.
El encuentro al que se dieron cita representantes de los tres órdenes de gobierno, como Francisco Gómez Lozano, director regional de la Península de Yucatán y Caribe Mexicano, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp); Alfredo Arellano Guillermo, secretario de Ecología y Medio Ambiente en Quintana Roo; y Euterpe Gutiérrez Valasis, secretaria general del Ayuntamiento de Tulum; fue el primer escenario que encontraron los cooperativistas para manifestar su desacuerdo con el resolutivo.
Aquí, se presentó el proyecto de un Museo de la Tortuga Marina y Centro de Visitantes que sería construido en un predio propiedad del gobierno quintanarroense.
Sin embargo, y diciendo representar a todo el pueblo de Akumal, las cooperativas simplemente no lo aceptaron y exigieron a las autoridades buscar otras alternativas.
Básicamente, exigían que dicho Centro se construya en la propiedad privada que aún falta restituir por parte del Ayuntamiento de Tulum. También acusaron a las autoridades presentes de corruptas y de haberse vendido a un particular.
De nada sirvieron las explicaciones del titular de SEMA, en el sentido de que era ajeno al asunto por ser un resolutivo de un juez federal; y que estaban ahí para sentar las bases del ordenamiento para realizar la principal actividad del lugar.
Tampoco escucharon los argumentos del representante de la Conanp, quien trataba de hacerles ver las consecuencias futuras si continúan poniendo todos los huevos en una misma canasta.
Ni siquiera escucharon a otros que, al igual que ellos lucran con los recursos naturales de Akumal, sólo por no pertenecer a la comunidad de Akumal.
Al final, no se avanzó nada por el empecinamiento de unos cuantos…
Cierto es que las autoridades no han consultado a la comunidad de Akumal para hacer este proyecto. Pero de esto, a que los cooperativistas se autonombren representantes del pueblo de Akumal, hay una gran diferencia.
Habría que preguntar a todos sus habitantes, si en verdad desean que este grupo sea su representante y tome las decisiones no sólo en lo que respecta a las actividades del nado con tortuga, sino en materia de seguridad, desarrollo, educación, servicios públicos y todo los temas propios de un núcleo social.
Los cooperativistas de Akumal, piensan como la humanidad hace más de 500 años, cuando creían ser el centro del universo. Éstos creen que todo gira alrededor de sus actividades económicas.
Akumal no son sólo las tortugas que llegan y unos cuántos que pretenden explotar y lucrar a costa de los quelonios.
Akumal, ha crecido, demasiado. Y en consecuencia se debe pensar en todas las necesidad que han surgido con este desarrollo.
La propuesta del gobierno, no sólo ordenaría los tours, serviría para darle una mejor imagen a la comunidad y empezar a dotarla de la infraestructura que requiere.
De lo que deberían preocuparse estos ambulantes, es que las autoridades no asignen los espacios del Centro de Visitantes a gente foránea, sino a los de la localidad.
Pero si nunca se han preocupado siquiera por hacer una limpieza de playa, mucho menos se interesan por la comunidad, como para nombrarse sus representantes.
Y, no olvidemos que el acceso a la bahía de Akumal se mantendrá abierto la comunidad. Lo único que va cambiar a partir de que el ayuntamiento de Tulum restituya la propiedad, es que el hotel no permitirá a estas cooperativas hacer negocios.
Que quede claro, la bahía de Akumal seguirá abierta a todos. Los cooperativistas sólo tratan de confundir y engañar no sólo a los turistas, sino a la propia comunidad de Akumal para que los secunden como ya ocurrió en el pasado cuando violentaron la ley para abrir una propiedad privada, solapados por la anterior autoridad municipal.
