Un insólito caso en Mendoza, Argentina, ha llamado la atención, no solo de la población local, sino también de los medios de comunicación, tras darse a conocer que un hombre interpuso una denuncia a un pato por presuntamente haber agredido a su perro. El ave, conocida como “Juan”, es una mascota popular en la ciudad, y ahora cuenta incluso con un abogado que defiende su permanencia en el lugar donde vivía.
El jurista Óscar Mellado, especialista en legislación sobre derechos de los animales, tomó el caso y presentó una solicitud formal para que el pato pueda regresar a la florería donde vive con su dueña, Margarita Flores.
La denuncia provocó que las autoridades municipales ordenaran la remoción del pato de la céntrica avenida San Martín, medida que provocó malestar entre los vecinos, quienes aseguran que Juan no representa ningún peligro. En respuesta, iniciaron una campaña en redes sociales que reunió más de siete mil firmas en apoyo al ave.
Según el medio local UNO, el abogado Óscar Mellado argumenta que Juan ya estaba completamente adaptado a la vida urbana y que separarlo de su entorno le provocaría estrés y afectaría su estado emocional. Además, enfatizó que la denuncia está basada en un malentendido.
La dueña del pato, Margarita Flores, relató que Juan ha crecido como parte de su familia, junto a dos perros salchichas con los que convive sin problemas. Asegurando que el animal se ha ganado el cariño de los transeúntes y visitantes que lo observaban pasear o refrescarse en la calle.
Flores explicó que el incidente no fue una agresión, sino un momento de juego. “Juan cruzó la calle y se acercó al perro de otro vecino moviéndole la cola, pero lo interpretaron como si lo hubiera atacado”, comentó en entrevista para el canal TN.
No obstante, la Municipalidad de Mendoza mantiene su postura. Silvina López, directora de Ambiente, aseguró que la medida busca preservar la seguridad tanto de los peatones como de otras mascotas. También señaló que el microcentro no es un espacio adecuado para un pato, debido al tráfico vehicular y al flujo constante de personas.
Mientras se define la situación legal del ave, Juan permanece temporalmente en una jaula ubicada en Maipú. Según su dueña, este cambio drástico ha afectado su ánimo, ya que estaba acostumbrado a caminar libremente y dormir cerca de ella.
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“Lo extraño mucho. Antes me acompañaba a todos lados, hasta dormía a los pies de mi cama. Sé que ahora está más protegido, pero no es lo mismo”, dijo Margarita, esperanzada en que las acciones legales y el apoyo ciudadano consigan el regreso del pato a su hogar.
Por ahora, el destino de Juan está en manos de las autoridades judiciales, mientras el caso continúa generando reacciones divididas entre quienes apoyan el derecho del animal a permanecer en su entorno y quienes priorizan la seguridad del espacio público.
Con infomación de El Imparcial.
