Playa del Carmen.- Como grupos de choque, con prepotencia y hasta con amenaza de violencia, se comportan los coordinadores de la entrega de despensas del Gobierno del Estado, durante esta emergencia sanitaria, como es el caso de Ignacio Balbuena Zempoalteca, quien quiso intimidar e insultó a un periodista de Playa del Carmen que únicamente documentaba su labor.

Para la entrega de estos apoyos, en manos de Rocío Moreno Mendoza, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), se prometió transparencia, pero en lugar de ello, se han apoyado en lo peor del sindicalismo rancio, al traer como coordinadores a dirigentes “charros”, más acostumbrados a las golpizas y al latrocinio, que al apoyo ciudadano.

Para ejemplo: Ignacio Balbuena Zempoalteca, dirigente de Transporte de la Federación Sindical de Obreros y Campesinos (Fesoc) quien interrumpió la labor informativa realizada por un periodista de Quinta Fuerza, que únicamente tomaba fotos del reparto de despensas.

De forma prepotente, este “voluntario” abordó al periodista y comenzó a exigirle que dejara de realizar su labor, usando palabras altisonantes. No conforme con esto, pidió a sus subalternos a que continuaran con este hostigamiento. Un par de ellos, llegaron en un vehículo oficial del Gobierno del Estado, y desde el vehículo arremetieron en contra del comunicador con gritos y groserías.

Uno de los agresores sacó un teléfono y comenzó a tomarle fotografías al comunicador, tema sensible, pues ya antes Balbuena Zempoalteca le advirtió que “no sabía con quien se metía”, palabras que sonaban a amenaza directa.

Cabe mencionar que el comunicador agredido está actualmente adscrito al Mecanismo de Protección a Periodistas, por ya antes recibir amenazas en su labor, y ahora teme una represalia por parte de este sindicato, que aglomera a los choferes de Tucsa.

EMPAÑAN LÍDERES SINDICALES LABOR SOCIAL

Una acción positiva en favor de la ciudadanía, como es la entrega de apoyos en estos tiempos de extrema necesidad económica, se ve empañada por la participación de gente como Ignacio Balbuena Zempoalteca y de estos sindicatos, que históricamente se han manejado en opacidad, con violencia y con un manejo dudoso de los recursos que se les encargan.

No descartamos que la histérica manera con la que reaccionó, sin permitir que se fotografiara una acción altruista, esconde algún mal manejo de estas despensas, tan necesitadas por la ciudadanía, pero que sabemos pueden también ser empleadas con fines políticos.

Es imposible olvidar que Balbuena Zempoalteca es un “operador de choque”, utilizado para golpeteo político, a cambio de ser apuntalado en su gremio, para seguir lucrando con las cuotas de sus choferes.

El año pasado, sin ir más lejos, Ignacio Balbuena protagonizó una ridícula “marcha por la paz”, compuesta por él y otras 10 personas, afuera del Palacio Municipal de Solidaridad, para exigir la renuncia de Laura Beristain Navarrete, ensuciando una causa ciudadana y apenas dos días antes de la verdadera marcha, apolítica, y protagonizada por verdaderas asociaciones civiles.

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Con ese tipo de acciones, intrascendentes, personajes como Ignacio Balbuena tratan de “venderse”. Son actos barberos que en realidad no complacen a nadie, pues nadie se los pide, al igual que ahora, al infiltrarse en las brigadas de la Sedeso, para causar más daño que beneficio.